miércoles, agosto 23, 2006

Resignación


Siempre deseando ser madre. Desde que era quiquitita y jugaba con muñecas. Desde que nacio mi hermana 18 años mas joven que yo. Desde que me dijeron que no tendria hijos. Desde que luego me dijeron que podria tener un equipo de futbol. Desde que volvi a enterarme que eso no seria posible. Desde siempre.
Pero ahora... Ya no me apetece seguir soñando. Los años pasan y la decepción está demasiado arraigada en mi. No quiero oir hablar de mas pruebas imposibles, de esperas interminables en hospitales, de avances y retrocesos, de nada.
La resignación se ha alojado en mi alma. Olvidando sueños y tejiendo realidades. Enfocando la energia que el deseo consumia en proyectos propios de alguien que ha pasado demasiado tiempo sin pensar en ellos. Abrazando metas que hasta ahora eran solo fruto de noches de interminables conversaciones conmigo misma.
Oculto entre tanta palabreria una meta, no se si tan deseada como la anterior, pero entre lo importante y lo desahuciado está la idea. Poder o no poder engañar al subconsciente. He ahí la cuestion.
Me resigno a no esperar que ocurra el milagro. Lo hago desaparecer de mi dia a dia, de mis sueños, de mis emociones. No está. Se fué el stress...

Sara sabia que eso no iba a ser posible del todo. No podria olvidar del todo ese deseo que la acompañó toda su vida. No podria engañar al stress tan facilmente.
Los estimulos exteriores eran implacables con ella, y los inocentes comentarios de sus amigos sobre su tardia maternidad y los remedios del ahora, no la ayudarian a conseguir su proposito.
Pero tenia que intentarlo, seguir intentando no pensar, no soñar, no desear, no querer...