domingo, julio 07, 2013

Suma y sigue...

Después de un tiempo en xoc, a causa de las histerectomías y del poco cariño recibido de los suyos, Sara se sumió en una molesta depresión que la tuvo durante un tiempo aislada del placer de la vida. El dolor no estaba desapareciendo y después de dos años se hizo más patente la sospecha de que sus dolores,  no podían ser solo por la endometriosis…

Un día, cayó en sus manos un libro que le dio un enorme empujón para salir de aquella depresión, y cuando su ánimo mejoró, volvió a ponerse en manos de los médicos para descubrir qué había fallado.

Pero nada había fallado.
-    
-         -  Se llama fibromialgia – Dijo aquel medico bonachón de la mutua – Deberías hablar con una reumatóloga…

Sara volvía a casa con el ánimo escapándose de su cuerpo a cada paso, en cada suspiro ahogado por ella misma mientras se negaba a pensar… ya pensaría en casa.

Existen familias, que ante semejante notica se juntan, se abrazan, se miman… la de Sara no era de esas… y aunque extraño, aún no había perdido la esperanza de que eso cambiara. Sorprendentemente, quien más apoyo le estaba mostrando era su madre. El resto… seguía siendo indiferente, pero eso ya poco le importaba… La notica era más demoledora que su falta de empatía.

La lucha había cambiado, las reglas habían cambiado… pero una singular alegría, había aflorado aquella tarde. La sensación de inutilidad ante aquello que cualquiera podría hacer con menos esfuerzo, había desaparecido. Ahora todo tenía sentido. Ya no era una inútil! Estaba enferma. Así que no hay nada que hacer, solo podía cambiar su actitud ante ella y eso es lo que iba a hacer, aunque no sabía cómo.
-         -  Pues si Sara, es fibromialgia, pero no debes preocuparte, tu actitud frente a ella te ayudará mucho, créeme.- decía la reumatóloga- He visto a muchos estar peor que tú con menos puntos de dolor, y tú querida, los tienes todos…
-         -  ¿Mi actitud?
-         -  Esa alegría que desprendes, te dará la fuerza que necesitas, aunque quiero hacerte más pruebas… lo que te ocurre en las manos parece más preocupante.
-         -  Que podría ser doctora?
-         - Síndrome sapho. Pero no nos preocupemos antes de tiempo, toma: análisis, RM…  en cuanto tengas los resultados ven a verme. Ah! Y no dejes de sonreír.


Camino a casa, su sonrisa había desaparecido… que fácil era sonreír para los demás y
alegrarles  el día, aun cuando los suyos eran tan difíciles de soportar… Quizás debería sonreírse a mas a sí misma, quizás debería salir más a pasear… quizás… pero las cervicales la estaban matando… y su actitud parecía haberse tomado un descanso. Sara podía sentir como su vida estaba realmente en sus manos, sin metáforas… pero todo aquello era demasiado para ella en ese momento, y se escondió bajo las mantas, oyendo llover… de lejos….