Después de un tiempo en xoc, a causa de las
histerectomías y del poco cariño recibido de los suyos, Sara se sumió en una
molesta depresión que la tuvo durante un tiempo aislada del placer de la vida.
El dolor no estaba desapareciendo y después de dos años se hizo más patente la
sospecha de que sus dolores, no podían
ser solo por la endometriosis…
Un día, cayó en sus manos un libro que le dio
un enorme empujón para salir de aquella depresión, y cuando su ánimo mejoró,
volvió a ponerse en manos de los médicos para descubrir qué había fallado.
Pero nada había fallado.
-
- - Se llama fibromialgia – Dijo aquel medico bonachón de la mutua – Deberías
hablar con una reumatóloga…
Sara volvía a casa con el ánimo escapándose
de su cuerpo a cada paso, en cada suspiro ahogado por ella misma mientras se
negaba a pensar… ya pensaría en casa.
Existen familias, que ante semejante notica
se juntan, se abrazan, se miman… la de Sara no era de esas… y aunque extraño,
aún no había perdido la esperanza de que eso cambiara. Sorprendentemente, quien
más apoyo le estaba mostrando era su madre. El resto… seguía siendo
indiferente, pero eso ya poco le importaba… La notica era más demoledora que su
falta de empatía.
La lucha había cambiado, las reglas habían
cambiado… pero una singular alegría, había aflorado aquella tarde. La sensación
de inutilidad ante aquello que cualquiera podría hacer con menos esfuerzo,
había desaparecido. Ahora todo tenía sentido. Ya no era una inútil! Estaba
enferma. Así que no hay nada que hacer, solo podía cambiar su actitud ante ella
y eso es lo que iba a hacer, aunque no sabía cómo.
- - Pues si Sara, es fibromialgia, pero no debes preocuparte, tu actitud
frente a ella te ayudará mucho, créeme.- decía la reumatóloga- He visto a
muchos estar peor que tú con menos puntos de dolor, y tú querida, los tienes
todos…
- - ¿Mi actitud?
- - Esa alegría que desprendes, te dará la fuerza que necesitas, aunque quiero
hacerte más pruebas… lo que te ocurre en las manos parece más preocupante.
- - Que podría ser doctora?
- - Síndrome sapho. Pero no nos preocupemos antes de tiempo, toma:
análisis, RM… en cuanto tengas los
resultados ven a verme. Ah! Y no dejes de sonreír.
Camino a casa, su sonrisa había desaparecido…
que fácil era sonreír para los demás y
alegrarles el día, aun cuando los
suyos eran tan difíciles de soportar… Quizás debería sonreírse a mas a sí
misma, quizás debería salir más a pasear… quizás… pero las cervicales la
estaban matando… y su actitud parecía haberse tomado un descanso. Sara podía
sentir como su vida estaba realmente en sus manos, sin metáforas… pero todo
aquello era demasiado para ella en ese momento, y se escondió bajo las mantas,
oyendo llover… de lejos….