viernes, noviembre 27, 2009

SOÑAR Y CURAR HERIDAS

Cae la noche como caen los sueños, despacio e inexorablemente. Cae como el final de todos los días y cada día en algún lugar, cae el sueño de alguien.

EL de Sara se cayó hace tiempo, entre intuiciones fallidas e intentos infructuosos. Su sueño jamás se cumplió y ahora todo terminaba con una intervención que la dejaba definitivamente estéril.


Sara miraba su abultada tripa por culpa de los gases de la laparoscopia y la cubrió con un jersey muy ancho y muy cómodo, de esos que se ponen para estar por casa. Se miraba al espejo de perfil acariciándose con sumo cuidado, imitando el movimiento de una futura mama buscando la postura de su bebe nonato. La escena era patética, pero Sara no estaba en un mundo de juicios, sino en su propio universo, donde soñar es gratis y fácil. En ese mundo imaginó a su futuro bebe, lo sintió, lo encontró en su interior y se sintió bien. Fue capaz incluso de buscarle un nombre, aunque aquello era fácil, tantas veces lo había imaginado... Siguió de pie allí mismo, un buen rato, sonriéndole al espejo y sintiéndose cansada, igual que una embarazada. Por lo abultada que estaba, probablemente estaría de unos 3 meses, aunque su cansancio no se debía a una futura maternidad...

Se encontraba en un estado de calma del que no quería salir, mientras seguía imaginando todas las sensaciones que se había perdido: la ilusión, el desconcierto, la sorpresa, la aceptación de un milagro... Sara cerro los ojos y visualizo un parto, el suyo, aunque en este caso no sintió dolor; y seguidamente oyó con claridad meridiana el dulce y estridente llanto de un bebe, su bebe. Todavía a oscuras, saboreó durante un instante el cálido sabor de la maternidad.
Una lagrima rodo por su mejilla al tiempo que abría los ojos.

Sara sufria, pero aquel camino hacia la imaginacion consiguio un efecto sedante en la herida que aquel sueño, le hizo al romperse. A traves de ella, imagino su realización y vertió suficiente bálsamo para curar en parte, años de tristeza, comprendiendo al fin lo que siempre supo, y aceptando su destino.
En algún lugar existe un niño o una niña, o varios, que se cruzaran en su camino para crecer cerca de ella.
Amarles y conseguir que salga lo mejor de ellos, sera sin duda algo que sabrá hacer.