jueves, diciembre 22, 2005

Extrañas circunstancias I

No conocen el don de la oportunidad. Vienen cuando nadie espera su visita. Cuando la calma te invade y crees que el tiempo se ha detenido a tu favor.
Crees que nada podrá enturbiar los sueños que tejiste durante años y caminas tranquilo, porque a fin de cuentas, dispones de todo el tiempo del mundo. Tienes toda una vida para seguir dándoles forma y hacer que se materialicen...
Y entonces aparecen ellas. Sin pedir permiso para irrumpir en tu vida y darle la vuelta. Como si siempre hubieran estado allí... esperando. Pendientes de tu felicidad. Buscando el momento de truncar todo aquello en lo que pusiste tú fe. Maliciosas y extrañas circunstancias te vigilan, para minar tu capacidad de recuperación. Gritándote entre silencios que ya sabias de su presencia, pero seguiste soñando...

Sara hundió su rostro en la almohada, ahogando así sus propias lágrimas. Odiando su condición, que tan solo le traía dolor. Dolor mental, dolor físico, dolor espiritual. Nada quedará cuando ella no exista. No habrá fruto de su amor.
La vida seguirá haciendo acto de presencia. Pero ella jamás sentirá ese milagro en su piel.

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