La noche despertó. Sara tenía sus ojos camino de las estrellas, sin rumbo fijo.
La vida sonríe y en el camino se pierden las palabras... La incertidumbre se ha colado por la ventana de las circunstancias y el olvido ha provocado más problemas.
Solo queda esperar...
Cerró los ojos...
-línea directa con tus sueños. ¡Pide! Busca en tu mente. ¿Qué deseas? ¿Qué No deseas? Una ligera brisa acaricia tu rostro... se agradece estar en sueños... sabes que estás dormido, y que detrás de esa brisa hay una realidad. Pero ahora ya no estás allí, y la brisa, es la realidad que ahora te envuelve.
El mundo de tus sueños. Una realidad alternativa que te muestra tus miedos. Un lugar donde puedes aprender lo que no has terminado en tu consciencia. Quizás oscuro como la noche, quizás claro como el día, quizás de colores... Donde las señales están anunciadas en neón, para que las recuerdes a tu regreso. Y despiertas... pero el neón se ha vuelto transparente, y olvidas...
Sara sintió una lagrima rodar por sus mejillas, aquella que en sus sueños se contuvo creyéndose segura. Vencida al despertar...
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