Nada parece tan claro...

...como lo que no se ve...

Se levantó de la cama, pero su animo estaba ausente, como si aun no hubiera despertado... lentamente se fue al baño donde inconscientemente evito mirarse al espejo. Sus ojos buscaron la ventana. Una suave llovizna que parecía helar al contacto, pintaba el maltrecho cristal . Una mañana muy gris, demasiado para vestirse de colores. Así que se fue a la cocina a prepararse un tazón de batido de soja con café soluble, del SOLO, que le gusta más.. y se sentó en el sofá, ahora mucho más cómodo, desde que le dio la vuelta a los cojines.

Encima de la mesa una baraja de cartas de los ángeles llamo su atención. Sara no recordaba haberlas dejado allí encima y se preguntaba como podía ocurrir eso. No la magia, sino su absoluta y patente falta de memoria... La Fibro estaba haciendo con ella lo que el Alzheimer con su padre... 

Cogió la baraja y se tiró las cartas. El resultado no fue demasiado esclarecedor...

Los ángeles le dijeron que todo estaba bien, que podía renacer cada mañana con cada amanecer, le contaron que el secreto esta en vivir cada día en plenitud con nosotros mismos y con nuestro entorno, pues el mañana no existe. Le confirmaron que si la FE pudiera verse, nadie creería en ella. 

Sara miró la baraja con los ojos envueltos en un nuevo respeto. Como cada vez que aparecían ante ella para darle un nuevo mensaje.

Durante el proceso de lectura pudo estar relajada, tranquila y en paz. Olvido el dolor, que menguo al no tener atención sobre el. Supo que tenia la llave para caminar segura. Y luego...

Luego, dejo la baraja encima de la mesita de centro, dispuesta a recordarlo todo, y esperando que su memoria no la abandonara a su suerte...